“Imagínate un día que estás comiendo en tu casa. De repente llaman a la puerta a puñetazos y te asustas. Ves entonces entrar a unos cuantos guardias civiles con metralletas y se llevan a tu padre, o a tu hermano. Da igual, elige al que más amor le tengas. No sabes a que se debe, no ha hecho nada, pero se lo llevan a empujones y pegándole. Se lo han llevado porque, según escuchas por la radio, el caudillo quiere la regeneración de España, y dice también que aquellos que no tengan las manos manchadas de sangre no tienen porqué temer. Tu familiar no las tiene, pero se lo han llevado igual.

Lo meten en la cárcel, y el motivo no existe. Tú no lo sabes. Puede ser el haber sido hijo de republicano o de anarquista, haber militado en un movimiento ideológico diferente al de los locos que dieron el golpe de estado, pensar racionalmente o simplemente estar disconforme con los nuevos  bárbaros que acaban de llegar al poder cortando cabezas. No te imaginas que la posguerra va a ser más dura todavía que la guerra, no te imaginas que vas a pasar hambre, que vas a comer cáscaras de naranja y que te van a señalar por ser hij@ o esposa de “rojo”.

Si tienes suerte conservarás tu pelo y no te raparán paseándote por tu pueblo para humillarte. Te harán beber aceite de ricino. Te obligarán a hacerlo pegando un sorbito por mamá y otro por papá mientras se parten de risa.

Porque esto no se estudia en la escuela, no sale en los libros de texto ni en las enciclopedias. Se sabe después de 40 años de silencio porque nadie se atrevía a hablar. Franco murió en su cama, y en tu país han muerto más de 100.000 personas.

Te vas enterando poco a poco de lo que está pasando. De que a tu padre lo han condenado a muerte por pensar diferente, y que quizás le van a redimir la condena con penas de trabajo forzado. Te preguntas: ¿va a ser un esclavo? No sabes lo que te espera. Gracias a tu marido o a tu padre el estado español va a obtener beneficios millonarios. Los presos políticos van a construir pantanos, embalses, canales, aeropuertos, vías férreas (línea Madrid-Burgos o Madrid-Galicia) trabajando de sol a sol. A ti no te lo va a contar por carta para que no sufras, te enterarás luego si tiene la suerte de cumplir su “condena” y salir vivo.

Este hecho no va a salir por la radio, el medio del régimen; de esto te irás enterando poco a poco gracias al recuerdo y a las primeras víctimas, que como tu marido o tu padre, empiecen a hablar pasados los años y perdiendo poco a poco el miedo.

Has escuchado que en Alemania y en Polonia hay campos de concentración de una gente muy sádica, amigos del caudillo, que se llaman nazis. Pero no sabes que tienes uno mucho más cerca de lo que pensabas, en Miranda del Ebro.

Imagina que a tu familiar al que tanto quieres le obligan a dormir en el suelo, a mear en el mismo cuenco en el que le dan agua. Sabes que no le dan de comer y no se puede escapar porque tiene un 90% de posibilidades de que si lo pillan, sea fusilado. O torturado por los superiores de los campos, que mienten en los informes diciendo que dan más comida a tu padre/marido y compañeros, pero que no la dan y ese dinero se lo guardan en el bolsillo. Mentirosos y malnacidos, para aclararnos.

Un día de repente te llama tu marido y te dice que lo han trasladado al valle del escorial, a construir lo que será posteriormente el valle de los caídos. Lo escribo en minúscula a propósito. Días, noches, lluvia, nieve , sol. Y no hay ni una placa que recuerde que esa persona ha estado ahí. Sudando y trabajando gratis. Si, si, sin ver un céntimo. Tú posiblemente, tengas que ampliar tu jornada de trabajo, o poner a trabajar a tus hijos desde pequeños, porque tu marido es un esclavo. O tu padre. Quizás tu hermano.

Pasados los años cuando ya te obligas a hacer memoria, para que no se te olvide su cara, muchos de los presos vuelven a tu casa. Con más años encima de los que realmente tienen.  Y con miedo a hablar. Muchas veces se quedan mirando al vacío.

Y tú te paras a pensar y dices: ¿Qué está pasando? ¿Quién escribe la historia? Porque esto no se estudia en la escuela, no sale en los libros de texto ni en las enciclopedias. Se sabe después de 40 años de silencio porque nadie se atrevía a hablar. Franco murió en su cama, y en tu país han muerto más de 100.000 personas. Inocentes; menos mal que tu familiar volvió vivo. Muchos de ellos aún siguen en zanjas y en cunetas. Se podrían hacer excursiones por Cataluña. Lo dijo Miguel de Unamuno: Venceréis pero no convenceréis.

Mientras tanto, vas a la Iglesia a la comunión de tu prima o a la boda de tu vecina y ves que hay placas en honor a los fallecidos por dios y por la patria. Pero no por toda esa gente inocente que ha muerto asesinada o que ha sido esclava, como tu familiar. Entonces no te cuadran las cuentas.

No te cuadran las cuentas porque lo has vivido, sabes que no es una película, que ha ocurrido. Que es la historia de tu vida. Y que no se cuenta de manera oficial, porque 80 años después, mandan los herederos de esta gente que se llevó a tu marido, o a tu padre. Si; quizás si todo esto se supiese, la humanidad podría mejorar y evitar volver a hacer lo mismo a gente inocente. El problema es que no hay una ley que diga que se tiene que hacer justicia por la memoria de tu padre o de tu marido. No hay conciencia. Te sientes impotente porque ahora que estamos en “democracia” se ha corrido una cortina, y no conviene hablar de esto.

Pero esto no pasó hace mucho tiempo. Y si te paras a razonarlo, este cuento que te cuento te podría haber pasado a ti. Piénsalo”.

PD. En recuerdo de todas las víctimas del franquismo que murieron y fueron esclavos defendiendo la libertad. Porque fueron somos.